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Quepobrestán (nouvelle divague)

Fernando Figueras ha participado en un sinfín de concursos literarios. Ganó algunos, empató otros y perdió unos cuantos. Con su libro Ingrávido, publicado por Muerde Muertos en 2010, resultó finalista en el Premio Internacional de Cuento para Libro Édito Juan José Manauta 2011, entre 498 obras. Al igual que Federico De Nucchi, sigue escribiendo y sueña con obtener el Cervantes, el Nobel o el Boris Vian. Nacido el 26 de abril de 1970 en la ciudad de Buenos Aires, es profesor de música e hincha de Ferro. Con su flamante Quepobrestán (2013) sienta las bases de la nouvelle divague.

“El nacimiento de la nouvelle divague”

¿Qué haría usted si, cargado de deudas, mala suerte y sin dinero, recibe la noticia de que ha ganado un premio monetario en un concurso literario? ¿Importa que sea de un país y en una moneda que desconoce?
Fernando Figueras ha fundado en Quepobrestán un nuevo género: la nouvelle divague, donde el erotismo, la crudeza, el humor y la reflexión filosófica se encuentran en los repentinos movimientos del pensamiento delirante. La escritura fluye por un curso en constante lucha con lo conocido y lo irremediable: divagar es entregarse a la aventura sin plan, pero sin rendirse, a los descubrimientos y a la experimentación de una nueva percepción. Bajo esa óptica, Federico De Nucchi emprende un viaje que lo enfrenta a su sistema de creencias en el amor, al mundo de los concursos literarios, el márquetin, la academia y la consagración profesional. Quepobrestán es un enigma que irrumpe como promesa de salvación en la fatalidad de un escritor argentino. Un país, una islita en Oceanía que bien podría ser paradisíaca. Pero como esa última sílaba que el idioma quepobrestaní le resta al castellano, el sueño de De Nucchi quizá se realice de manera incompleta y distorsionada, acaso viéndose enredado con narcotraficantes y un hombre insólitamente pálido. Quepobrestán, por suerte, es también un manual de supervivencia que puede enseñarle a De Nucchi y al lector a enfrentar el horror de la vida cotidiana.

Leandro Ávalos Blacha